Crónicas de Alkmaar

Día 1: viaje

En la ciudad de Alkmaar, al norte de Holanda, se encuentra el destino de la primera movilidad que vamos a realizar con nuestro proyecto para el estudio de los espacios educativos. Bien pertrechas de jerseys, abrigos y botas, Hélène Lamassoure y Rosa García-Gasco, se ponen en marcha desde San Lorenzo de El Escorial, con dirección al aeropuerto de Madrid, el domingo 3 de febrero, de buena mañana. Tras una frugal comida, embarcan con dirección a Ámsterdam. Hay mucha emoción en este viaje, que supone el primero de los tres que el equipo realizará. Muchas ganas de ver cosas nuevas y compartir experiencias con nuestros colegas. Marieke Kee, nuestro contacto en el Instituto de acogida, nos ha preparado un horario algo apretado para los próximos días. Sin embargo, esperamos encontrar algo de tiempo para disfrutar de Alkmaar y de la cercana capital de Holanda.

Un breve recorrido en tren nos conduce finalmente hasta Alkmaar. Nos alojamos en el cómodo hotel y nos disponemos al primer viaje por la ciudad. El centro nos recibe con sus puentes, sus canales y sus bicicletas omnipresentes. Las calles están casi vacías (las 21’30 es una hora tardía para la cena en estos lares), pero los restaurantes respiran animación.

 

Día 2: toma de contacto

Después de un madrugón importante y un desayuno poco frugal, las profesoras llegan a su cita de las 8’25 de la mañana con la profesora Kee perfectamente puntuales. Desde el primer vistazo, las instalaciones del Willem Blaeu nos sorprenden y nos encantan. El amplio recibidor, las puertas que se abren automáticamente, los pasillos anchos y espaciosos… Tal vez ganan los ventanales, abiertos al lado del pasillo y, por supuesto, a la calle. Desde casi la altura del suelo hasta el propio techo, aprovechan y sacan partido pleno de la escasa luz holandesa.

 

Marieke nos conduce a la sala de profesores, que nos gana también desde el primer instante. 

 

Máquinas de café, fruta en bandejas, lavadero, frigorífico y microondas completan el mobiliario, pensado para que los profesores puedan comer durante la media hora de descanso de la que disponen hacia la mitad de la jornada, como enseguida comprobaremos.  

 

Asistimos durante esta mañana a varias clases: Arte y Diseño, en un aula triangular que no termina de satisfacer a su usuaria: tras una breve entrevista, nos cuenta que los grupos grandes no funcionan bien con esa distribución, puesto que no es fácil mantener la disciplina desde la mesa del docente. Parece, con todo, un aula luminosa y bien equipada. La decoración está hecha a base de trabajos de los alumnos.

 

Sigue una clase de alemán, una de griego (la profesora encanta a las dos intrépidas visitantes gracias a su savoir faire teatral y a su entrega con la materia), una de educación física con siete alumnos que aprenden técnicas de boxeo en inglés y una de francés.

En todas ellas detectamos un uso del espacio bastante convencional, si bien nos llaman la atención las sillas. También tenemos ocasión de probar su comodidad, flexibilidad y resistencia al rayado. El color es naranja, lo que contribuye a incrementar la sensación de luz y calidez de las salas. 

Tras una comida rápida, tenemos la primera entrevista con Jan, el responsable de los espacios del centro. Recogemos sus conclusiones para nuestro informe y cerramos varias citas para los días siguientes.

La tarde será dedicada al descanso y al paseo por el centro de Alkmaar, a pesar del crudo clima.

 

Día 3: reflexión y primer informe

Hélène y Rosa se reúnen en Willem Blaeu para seguir inspeccionando las instalaciones. Tomamos bastantes fotografías, elaboramos las líneas generales de nuestro informe para el SEPIE y tomamos notas en una lluvia de ideas de aquellos aspectos en los que podríamos incidir para mejorar la vida y los espacios en el Juan de Herrera.

El trabajo de hoy es algo solitario, pero las instalaciones de Willem Blaeu nos ayudan a reflexionar. Además, cerramos una cita con el Vicedirector del centro. ¡Seguimos adelante!  

 

 

Entrada del Willem Blaeu, con su lema.  

 

 

Día 4: Amsterdam

 

Consagramos el día a visitar el Museo Van Gogh, el Rijsk Museum y a dar un precioso paseo por Ámsterdam.

 

 

 

 

 

Día 5: encuentro con el Vicedirector

 

El día de hoy está dedicado principalmente a la conversación con el Vicedirector del centro. Nos acoge durante casi dos horas en su despacho y nos proporciona toda clase de información respecto al uso de los espacios. Nos sorprende conocer el elevado presupuesto con el que cuenta y la manera flexible en que puede usarlo -contratar profesores o mejorar instalaciones. Nos resulta muy llamativo que no resulte de su agrado la sala de profesores que ha hecho nuestras delicias, y así se lo hacemos saber. Son muchas las notas que tomamos de este encuentro, orientadas a construir nuestro informe final de la movilidad, así como el de nuestro proyecto.

 

 

 

Día 6: recorrido exhaustivo por las instalaciones del centro

 

Dedicamos parte de nuestros últimos momentos en el Willem Blaeu a la visita guiada que muy amablemente nos prepara Jan. Algunas de las aulas las hemos conocido en los días previos (el gimnasio, arte y diseño, francés…), pero otras son nuevas para nosotras: así, los laboratorios, los exiguos cuartos donde los profesores amontonan libros (¡algunos hasta en el suelo!), la biblioteca, con fondos tan escasos que nada tienen que envidiar los del Juan de Herrera; la sala de estudio para alumnos, separada de la sala informática de la biblioteca gracias a cristales insonorizados; la sala de informática para docentes; los baños; los tejados, con las placas solares; las taquillas, corrientes unas y electrónicas las otras; la cantina o cafetería, convertible en salón de actos… 

 

 Imagen con las taquillas electrónicas.

Agradecemos a Jan su dedicación y nos despedimos.

A continuación, comida, descanso muy breve y… ¡Volvemos a casa!

 

Epílogo: algunas conclusiones

Volvemos renovadas, con ganas de intercambiar ideas con nuestros compañeros y, sobre todo, de comenzar a trazar un plan de cambio en nuestro Instituto. ¿Tal vez empezaremos por pintar más paredes? ¿Podremos alguna vez separar el espacio de descanso de los profesores y el de los alumnos, tan siquiera de manera disuasoria? ¿Tendremos que seguir ahorrando en café, a pesar de los consejos del Vicedirector del Willem Blaeu?

 

Como siempre, la dotación económica supone un hándicap en este sentido. Sin embargo, a veces la escasez de medios acrecienta la imaginación.